Si te pienso de madrugada, no es cuando estoy en mi cama mirando el techo; sino cuando camino al peligro de los callejones empuñando las llaves como alguna vez me enseñaste...
Por si algún malintencionado que se escuda a las sombras viene al asecho de mi presuntuosa faldita que no he sabido combinar con tenis.
Camino y empuño las llaves entre mis nudillos, preparada a dar un trompón ...
¿Tú dónde estás a esta hora?
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